...Nadir se interna en la búsqueda de la representación del EspacilIimitado.lntenta, por una representación asimétrica de modelos, generar la ilusión de la continuidad ilimitada del cuadro, más allá de sus fronteras, y expresar, de esta manera, no lo infinito sino lo ilimitado. Incluso en este punto sus óleos, desarrollados horizontalmente, conservan la preocupación constante por la verticalídad: quizá se simbolice la humana conciencia reflexiva. EI más impecable rigor geométrico sólo es entonces animado por la permanente fluidez del color.
Aquello que una década más tarde será conocido y aclamado con la denominación de arte op, lo cultivó este pintor entonces, entre Chaves y París. A pesar de eso, para Nadir Afonso, y quizá acertadamente, "Ia originalidad es una cualidad extrínseca a la'obra de arte". Alude a este período de su pintura esta otra declaración: "Pensamosque, en elfuturo, las artes plásticas dejarán de ser estáticas para hacerse dinámicas por la conjugación, por la interferencia deI movimiento.
Así, las formas de una composición estarán animadas. Las formas, moviéndose por intermedio de la técnica cinematográfica, crearán un arte que desde ahora podemos llamar: arte cinético.
Nosotros personalmente, ya hemos realizado algunas tentativas en este nuevo arte.
La única finalidad de este arte, que alcanzó en su evolución el nivel deI arte musical, es la de emocionar, mediante una armonía en la que no exIsta evocacíón o sugestíón alguno de los sentímíentos de esta realidad fisica que nos envuelve en su manto de necesidades y exigencias':
Mientras tanto, como atrás se mencionó, se iban insertando en su pintura elementos que permitían adivinar en breve el encuentro de su still point personal.
Hallado el equilíbrio (estable? inestable?) entre su sensibilidad y el rigor geométrico, Nadir encara el mundo circundante. Su trayectoria nos recuerda, en este lugar, la que Mondrian dejó quizá incompleta. lQué pintaría el holandés después de la Victoria Boogie Woogie? Bien conocido es que Mondrian consumió décadas explorando meticulosamente todas las virtual idades dei mismo modelo; demasiado tiempo para un portugués de sangre caliente que ya tenía tras de sí ai mismo Mondrian, a Herbin y a Vasarely.
Fernando Guedes
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